29 diciembre 2005

Pintura sobre automóvil

En "¿Dónde está el depósito...?" ya he hablado de pasada de las experiencias de unión de pintura actual y automóvil. En algunos artículos he tratado sobre algunos ejemplares de coches surgidos de la promoción publicitaria de películas (Ford Ka "Thunderbirds"), de la experiencia de diseñadores de moda (Mini "Versace", Opel Tigra Twintop "Gilles Deacon"), o de la oportunidad de un fenómeno de moda en relación al diseño gráfico (Nissan Micra "Jordi Labanda"). Pero estrictamente no deberíamos considerar esto como "automóviles obras de arte", sino más bien como Pintura sobre automóvil o Automóviles singulares.
La Pintura sobre automóvil es en realidad un hecho cotidiano cuyo origen probablemente está muy relacionado con la publicidad. Las hoy veneradas camionetas de reparto rotuladas de principios de siglo XX, muestra perfecta hoy en día de la estética "retro" siempre tan de moda, incorporaban sin embargo impecables muestras de arte contemporáneo en sus laterales: los rótulos, imágenes y logotipos inspirados en la cartelería moderna inaugurada por Toulouse - Lautrec, y la estética decorativa del Art-Nouveau (también llamado Jugendstil, en Alemania, Sezession, en Austria, y New Style en Estados Unidos y Reino Unido). Sin embargo, la distancia que separa un automóvil rotulado de una obra de arte sobre automóvil es tan nítida (o tan difusa) como la que separa a la pintura de vanguardia del diseño gráfico. Sobre esta delicada diferencia hablaremos en otro momento, por ahora me conformo con plantear que cuando me refiero a Pintura sobre automóvil hablo estrictamente de experiencias únicas de artistas decorando singularmente una unidad de automóvil con una obra única de arte.

Los casos de pintores interviniendo sobre automóviles para crear obras carrocerías decoradas como piezas únicas no son demasiados ni excesivamente conocidos. Sin ninguna duda, el conjunto de referencia en este sentido es la colección de coches pintados por artistas contemporáneos que BMW posee en su factoría de Spartanburg, en Carolina del Sur. Pero también hay otros casos reseñables, como el del diseñador Romero Britto, decorando un Volvo V50, o el interesante y poco conocido concurso convocado por Nissan y la Escuela de Bellas Artes de Barcelona durante el Salón del Automóvil de Barcelona de 2003. Y algunas otras piezas que iremos dando a conocer gradualmente. Prepárense pues para ver una espléndida colección de arte... sobre ruedas.

05 diciembre 2005

"The Hire", o de cómo hacer de un BMW un actor de cine

Uno de los objetivos de ¿Dónde está el depósito...? es incluir algunos artículos y reflexiones en torno al papel del automóvil dentro del cine, y de las relaciones entre ambos, ya sean estas comerciales, estéticas o ideológicas, y lo hagan de forma más sutil y soslayada o de manera clara y evidente.

Por ello, para iniciar esta línea de artículos, creo que la mejor experiencia posible es precisamente una producción cinematográfica de calidad, con grandes actores, buenos directores y gran realización, pero producida por...BMW.

Probablemente animados por la repercusión mediática de la aparición de los BMW en la saga de Bond, que en Goldeneye, El mañana nunca muere, y El mundo no es suficiente, se pasaba de los preciosos y británicos Aston Martin a los automóviles germanos, en la firma bávara pensaron que la unión entre coches y cine podía dar más de si que el patrocinio de una saga en decadencia. El proyecto The Hire vió la luz en 2001, como una serie de cortometrajes dirigidos por directores conocidos a nivel internacional, y protagonizados por actores de renombre, cuyo nexo de unión sería siempre un conductor que recibe encargos diversos, que interpreta Clive Owen, y un BMW. El objetivo era introducir un planteamiento nuevo dentro de la producción cinematográfica, destinado fundamentalmente a Internet, pero con un gran cuidado y gasto en la producción y realización. La serie se realizó en dos temporadas, completando ocho cortometrajes, todos ellos de duración inferior a los 10 minutos. Los directores fueron John Woo, Joe Carnahan, Tony Scott, John Frankenheimer, Ang Lee, Wong Kar-Wai, Guy Ritchie y Alejandro González Iñarritu. Además del poderoso Clive Owen, que luego fue postulado como un posible James Bond, por los capítulos pasan actores como Gary Oldman, Mickey Rourke o F. Murray Abraham, o artistas como Madonna, James Brown o Marilyn Manson.

Los cortos, de cuidada estética, y cada uno muy deudor de las filmografías de sus creadores, para bien y para mal, resultan un interesante experimento. En todos ellos se aprecia una potente realización, en algunos muy deudora de la estética del video-clip y el spot de tv, y una espléndida fotografía en todos los casos (que, no por casualidad, hace lucir mucho a los preciosos BMW que aparecen). Algunos de estos pequeños cortos parecen ser la historia desarrollada que queda insinuada en muchos anuncios de televisión, como Beat the devil, dirigido por Tony Scott . Otros tienen más estética y estructura de video-clip, precisamente como el dirigido por Guy Ritchie. Y algunos resultan un elegante y sedoso argumento desarrollado en unos pocos minutos, como el dirigido por Wong Kar-Wai.

Si bien en todos ellos se hace muy presente, en algunos incluso demasiado, el BMW, lo cierto es que en la mayoría el automóvil aparece perfectamente integrado en la historia y en la secuencia de planos con que se cuenta la misma, y en algunos de ellos especialmente, incorporando a la historia las formas curvadas y sensuales de un Z4 o las amplias superficies y grandes potencias lineales de un serie 7. Los coches tienen su propia personalidad también, y así Wong Kar-Wai hace a la protagonista de su corto conducir un ligero y femenino Z3, mientras que Alejandro González Iñarritu se sirve de un voluminoso X5 para la huida de Clive Owen después de una gran matanza en sudamérica, en unas secuencias llenas de dramatismo que recuerdan a otras luego vistas en 21 gramos.

The Hire plantea, como balance, algunas cosas dignas de mención y de interés:
  • Por un lado, la creación de una serie de producciones para Internet que, sin embargo, estaban realizadas con la misma calidad que cualquier película de distribución comercial.
  • Una firma de automóviles como patrocinadora de una producción automovilística, trascendía la mera aparición del super-coche de James Bond, y pasaba a incorporarse haciendo de los BMW un actor más de cada película, sin que por ello los cortometrajes se conviertan en un spot de tv.
  • El resultado de las producciones refuerza la línea de creaciones publicitarias de los últimos 10 años, especialmente las de BMW y el grupo VW, que avanzaban decididamente por el camino del Spot-Película, con una historia contada en pocos segundos.
La serie recibió algunos premios internacionales, como en el Festival de Publicidad de Cannes de 2002, así como en el Festival de Cortometrajes de Los Angeles en el mismo año. En 2003, la serie pasó a formar parte de los fondos del MOMA, como una muestra de producción audiovisual con un planteamiento integrado del espectáculo y el entretenimiento. La serie canceló el sitio web en el que se podía ver a través de Internet el 21 de Octubre de 2005, después de cuatro años de emisión. Independientemente de otras consideraciones, creo que es un hecho indudable que The Hire es un interesante paso en la diversificación de las miradas sobre el mundo del cine, pero también sobre el automóvil como actor dentro del mundo del cine, con su propia personalidad y características más allá de un objeto de atrezzo.

*Este artículo ha sido posible gracias a Juan Manuel Ortego Bielsa que me dió a conocer por primera vez esta estupenda experiencia cinematográfica.

30 noviembre 2005

Aston Martin en la corte del rey Nouvel

Entre las marcas de automóviles de cierto prestigio, aquellas que se fijan en un público de alto poder adquisitivo, son frecuentes los patrocinios y promociones de actividades no relacionadas con el mundo del motor, desde la Volvo Ocean Race o el Volvo China Open, hasta los torneos de tenis patrocinados por Mercedes - Benz, la presencia de estas firmas se rastrea en actividades un tanto exclusivas afianzando la propia imagen de exclusividad y distinción de las mismas. Como parte de esta estrategia de raíz comercial, estas marcas suelen verse asociadas además, de una u otra manera, al mundo del arte.

Aunque los ejemplos son muchos (próximamente iré comentando y dando a conocer algunos de ellos) como caso interesante quería destacar la colección de fotografías del alemán René Staud que Aston Martin en serie limitada y autografiada, ofrece a sus clientes. Estrictamente, una colección de fotografías no tiene por qué parecer una obra de arte especialmente señalada, vanguardista o interesante. Sin embargo, la Colección René Staud para Aston Martin, integra en su propia concepción la visión del automóvil como obra de arte o, por ser preciso, como objeto de arte y diseño con fin utilitario. Cada una de las imágenes es una composición fotográfica en la que se pueden ver los diferentes modelos de Aston Martin junto a algunas obras de arte de algunos de los artistas, arquitectos o diseñadores más interesantes de los últimos años, como Tony Cragg, Rebecca Horn, o el arquitecto Jean Nouvel (autor de la ampliación del Museo Reina Sofía o del interesante edificio de la sociedad de Aguas de Barcelona)

Si bien el concepto de objeto utilitario de arte desciende de la propuesta de Arts & Crafts enunciada por William Morris, en este caso la interesante serie de fotografías de Staud hace confluir sobre cada imagen diferentes muestras de arte. Los automóviles, en ocasiones firmados por importantes diseñadores como Zagato, como en el caso del Vanquish o el DB7, se colocan junto a las creaciones de los artistas mencionados, y a la vez son encuadrados y retratados en los sedosos y elegantes ambientes escogidos por Staud para la realización de las imágenes. De esta manera, en la misma imagen quedan integradas Fotografía, Escultura y Diseño, con la presencia de estos automóviles realmente exclusivos como un Picasso.

Si bien, como decíamos, la propia idea de una colección de fotografías no parece descollante desde el punto de vista de la vanguardia artística, en este caso la interesante forma en que se integran las distintas artes con el automóvil, tenido este en cuenta como objeto artístico de diseño, resulta suficiente para que traiga aqui esta mútiple obra. En lo sucesivo iré dando a conocer algunos otros casos de los varios en los que, como aqui, las marcas de automóviles, mediante su financiación o sus propios objetos de diseño, se adentran en el mundo de las artes mayores decididamente.

Por cierto, quizá alguien haya echado ya la cuenta. Efectivamente, un Aston Martin, el DB5, fue el primer coche "Bond" en la célebre "Goldfinger". Y, efectivamente, no tardaré muchoa incluir una serie de artículos sobre una relación evidente e imprescindible: Automovil y Cine.

12 noviembre 2005

Fashion Victim

En el anterior post, dedicado a la incursión de Hugo Pratt en la decoración de coches de carreras, citaba de pasada un caso señalado, el Nissan Micra decorado por Jordi Labanda para el Salón del Automóvil de Barcelona en 2005.

La tradición de decorar las carrocerías de los coches con constructos de toda clase se manifiesta en EEUU en los coches denominados "Art Cars". Desde coches convertidos para el cine en cabezas de sabuesos (como el que se puede ver en la incalificable "Dumb & Dumber") hasta la ya mencionada colección de coches decorados por artistas que BMW tiene en Spartanburg, Carolina del Sur, son denominados "Art cars". Espero poder dedicar algún artículo en el futuro a los "Art Cars" norteamericanos más variopintos, pero hasta entonces, dejo aqui un enlace donde poder saciar la curiosidad Art Cars

Por ahora quería fijar la atención en una determinada vertiente de los "Art Cars", aquella en la que diseñadores de ropa o firmas relacionadas con la moda se animan a decorar coches, o, por el contrario, aquellas incursiones de algun fabricante de automóviles en el mundo de la moda mediante curiosos diseños. A continuación incluyo una serie de post con algunas curiosas creaciones, algunas francamente interesantes, que van desde Donatella Versace a Jordi Labanda (glups) pasando por el curioso Ford Ka de Lady Penélope en el reciente remake de "Thunderbirds". Preparen sus trapos, lo que más se lleva tiene cuatro ruedas.

Nissan Micra decorado por Jordi Labanda


Que el arte Pop vive una segunda época dorada es un hecho evidente, para bien o para mal. Y la vive, casi como una profecía de una parte de sus formuladores, una vez ha traspasado las puertas de los museos y se ha instalado en las tiendas de decoración, de ropa, en las etiquetas de los productos, y en mil artículos de consumo en forma de un diseño vistoso y colorista. Sin duda ayudado también por un determinado gusto retro con la mirada puesta en los años ochenta y finales de los setenta, y por la importancia capital y ascendiente del estilismo y el aspecto en nuestros días.

Gracias a este fenómeno, ilustraciones como las de Jordi Labanda, o estampados como los de Custo son ejemplos centrales de una determinada estética de raíz totalmente Pop que viene a reformular manidos conceptos como "Glamour", "Beautiful People", etc, en el marco de un cierto culto a la belleza de la vida y a la belleza como vida. Independientemente del gusto estético, es innegable que ambos estilos han hecho fortuna entre un amplio público, hasta el punto de haber llenado las estanterías de toda clase de tiendas con productos que se sirven de su imagen, desde camisetas a cuadernos, y desde paraguas a ropa interior.

En el Salón de Barcelona de 2003, Nissan planteó en su stand un interesante concurso de pintura sobre los entonces nuevos Nissan Micra, del que hablaré en otro momento. Probablemente animados por la buena acogida de la iniciativa, en 2005 el stand de Nissan acogía como visitante una curiosa edición del Micra (que, hasta donde sé, no ha llegado a ningún concesionario), decorada por Jordi Labanda. La intervención sobre el vehículo estaba destinada, desde el presupuesto inicial, a "feminizar" el coche (un vehículo que además, desde sus primeros bocetos, Nissan había concebido como esencialmente dirigido al público femenino), por lo cual hubo una selección sobre los materiales y colores del interior y el exterior. La idea, como delata un pequeño apartado en la web de Labanda, es la de añadir el glamour que, al parecer, se desprende de sus propios diseños, al coche, mediante la elección de determinados elementos, colores y texturas. El toque final a la edición de salón lo puso una decoración con brillantes sintéticos adheridos a la carrocería formando dos dibujos en los laterales del coche, distintos a cada lado. El resultado es francamente decepcionante, lejos de la potencia plástica de otras intervenciones y de los propios dibujos de Labanda, y con el aspecto de haber sido algo improvisado en poco tiempo.

No es casual, como digo más arriba, que la preparación se hiciese sobre un Nissan Micra, vehículo que tenía como claro objetivo al público femenino, y cuyas formas de diseño desde luego abundan en una estética un tanto "Pop" dentro del diseño de carrocerías. Los grandes y elevados faros delanteros del Micra, y su abultada y redondeada carrocería se adaptan mejor a los mundos de Labanda que los dibujos del diseñador a la carrocería del coche. Por otra parte, los coches del segmento A (los pequeños del mercado) y concretamente algunos diseños, como el Micra, forman parte ya de la iconografía de una determinada visión de la modernidad vinculada a la juventud, la importancia del diseño en todas sus manifestaciones, y como oposición al coche grande como gran totem de otros momentos y propuestas sociales.

Probablemente el Micra Labanda fue una ocasión perdida para haber realizado un interesante experimento integrando realmente esta particular y popular estética Pop sobre una ya de por sí elaborada carrocería.

Mini Cabrio y Donatella Versace

El nuevo Mini, fabricado por BMW, es un ejemplo de sólida operación de marketing sobre un producto que, de por sí, tiene muchas virtudes. En otro post analizaré con detenimiento los dos más célebres ejemplos de "revival" de coches con aura de leyenda: el Mini y el VW Beetle. Por ahora me conformo con adelantar que, en mi opinión, el nuevo Mini, en parte por esa política de marketing y en parte por sus propios méritos, se ha convertido ya en un elemento esencial de la iconografía de la nueva modernidad, trascendiendo en mucho el ámbito de lo meramente automovilístico.

La política de publicidad de Mini les llevó a apadrinar en 2005 el evento Life Ball, una subasta benéfica para recaudar fondos que permitan luchar contra el SIDA. En esta fundación coincide también Donatella Versace que, para la pasada edición (julio de 2005) decidió aportar un coche decorado por ella misma a la subasta. Lógicamente el coche fue un Mini, en este caso en la versión descapotable (cabrio, o hasta roadster, para los puristas).

La preparación de Versace es en cierta manera un interesante experimento, dado que la transformación afecta a algunas de las partes del interior, como la tapicería, con el emblema de la firma, que más bien parece el escudo de Agamenón, con la cara de la Medusa Gorgona. Este mismo emblema aparece en el pomo de la palanca de cambios, y en los laterales de la capota. La carrocería queda decorada con unas formas vegetales doradas, de claro recuerdo clásico y renacentista, sobre un fondo negro intenso. La transformación fue realizada en Viena.

Si el resultado final del coche no es demasiado de mi gusto, es justo reconocer que está plenamente dentro de la identidad más esencial de Versace. El motivo de las hojas doradas puede verse también en una interesante edición especial firmada por Versace del teléfono móvil Nokia 7270 en la web de Nokia Austria, una edición limitada que, curiosamente, solo se ofrece en la web austriaca. El conjunto, a primera vista efectista y un tanto barroco (cosa por otra parte no extraña viniendo de donde viene) se muestra sin embargo más elegante, especialmente en lo relativo a la carrocería, al observarlo con más detenimiento. Los "complementos" como faros, capota o pomo de pedrería (inevitable recordar los inefables pomos con moluscos y arena de mar que adornaron tantos y tantos Seat 131, 1430 o 127...) ya no resultan tan convincentes. No obstante, lo interesante del Mini decorado por Versace es la capacidad para prolongar una imagen corporativa y convertir al automóvil, efectivamente, al igual que al teléfono móvil, en un objeto más de su tienda de accesorios y complementos. Diseño en estado puro en el coche, con un toque de distinción discutible pero personal.

*Información obtenida a través de http://www.seriouswheels.com/top-2005-Mini-Cabriolet-Donatella-Versace.htm

Ataque de glamour. Ford StreetKa y Bruce Oldfield

Como antítesis del gran coche, depredador de la ciudad y la carretera, que fue el totem y el dios de los años centrales del siglo XX (coches como el Ford Mustang Fastback en Estados Unidos, y quizá los diversos Mercedes S y SL en Europa), en los últimos años del siglo XX, me atrevo a decir que como consecuencia de vehículos como el Authi Mini, el Renaul 4 y 5 y el Peugeot 205, los vehículos pequeños se han convertido en una suerte de contrapunto a aquella visión del gran coche como referencia. Los coches pequeños son símbolo de la sociedad moderna, masificada, escasa de espacio, con urbanismos caóticos y a caballo de la pobreza y el capricho. Probablemente son los últimos coches que van a ser vistos como una alternativa mejor al mundo, antes de que el automóvil pase a ser visto por completo como un enemigo mundial. Por ello, los diseñadores y los publicistas fijan sus ojos en estos productos. Como referencia de la modernidad y la juventud, y como principal artículo en los objetivos de ventas

La importancia iconográfica de los coches pequeños en la sociedad actual hace que sean los preferidos a la hora de realizar intervenciones a caballo de dos mundos, entre la moda, el diseño y el comercio. Si Warhol o Calder plasmaron sus pinturas sobre rugientes y poderosos BMW de carreras, hoy en día priman otros intereses.

Es el caso del experimento realizado entre Ford, el diseñador Bruce Oldfield y el director Jonhatan Frakes. Para el remake de "Thunderbirds" se realizó una serie especial del Ford StreetKa, decorado totalmente en Rosa, que sería el coche de Lady Penélope. En el proyecto de Ford, se incorporó la posibilidad de diseñar un vestido con algunas piezas del Ka recién preparado, para lo cual se recurrió a Bruce Oldfield, reconocido modisto británico de larga trayectoria en el mundo de la alta costura, y que ha trabajado para varias familias reales.

El resultado fue el de la fotografía, un vestido con un corsé de fibra de vidrio, falda y sombrero realizado con los materiales de recubrimiento, y animado por algunos mazos de cables de la electrónica del Ka. El vestido, destinado a ser subastado, fue valorado en 15000 libras.

Asi, un coche auténticamente de capricho y bastante poco asequible, como el StreetKa, actor de una película, y a partir del cual un modisto de alta escuela crea un vestido que tiene poco de interesante y mucho de barraca de feria, para ser subastado, eso si, en esas subastas benéficas donde las familias de la nobleza compran su imagen caritativa. Mi interés en este blog es atender las diversas intersecciones entre manifestaciones artísticas y creativas y el mundo del automóvil. Pero eso no garantiza que éstas tengan interés artístico ni creativo. Este es un buen caso.

*Información obtenida a partir de http://www.seriouswheels.com/top-Ford-Streetka-Dress.htm

Vauxhall / Opel Tigra Twintop por Giles Deacon

Para cerrar esta serie de recientes creaciones entre el mundo de la moda y el del automóvil, me ocuparé de un reciente caso, el del Vauxhall / Opel Tigra Twintop decorado por el modisto e ilustrador Giles Deacon, antiguo colaborador de Gucci. Al igual que en el caso del Mini de Versace y el Ford de Oldfield, también media una subasta benéfica, la que recauda fondos anualmente para luchar contra el cáncer de mama. Gilles Deacon es un diseñador que trabajó para Gucci hasta hace apenas unos años, cuando se independizó para montar su propio estudio y tener sus propias colecciones.

En el caso de la subasta benéfica de 2005, Deacon tomó como partida un Tigra Twintop, modelo que coincide exactamente con los planteamientos de recreación, estilismo y exclusividad que comentaba para los StreetKa y Mini Cabrio. Un dos plazas descapotable con techo duro dificil de entender como coche único salvo para solteros.

La realización de Deacon se basaba en sus colecciones de primavera verano 2005, eligiendo para decorar la carrocería del Tigra sus estilizados dibujos, en la línea de los vistos ya en el caso de Labanda y tan deudores de la estética pop de los años 60. En este caso se trata de algunos motivos, con un fondo tremendamente colorista que, inevitablemente, remite a los dibujos de Heinz Edelman para la película "Yellow Submarine". Pero que, por otra parte, tampoco resultan originales a estas alturas.

El conjunto del vehículo resulta curioso y potente por su cromatismo, y es justo decir también que se eligió muy bien como colocar los motivos principales sobre la carrocería, aunque por otra parte resulta un tanto pobre el hecho de que ambos se repitan en capó y laterales. El Tigra de Deacon pasa a engrosar la galería de curiosidades de ¿Dónde está el depósito...?, para cerrar una serie en la que queda vista una vertiente, quizá más popular y cercana al gusto mainstream, y que, pese a encerrar un alto interés en cuanto intersección de diseño, moda y automóvil, no termina de alcanzar una formulación estética y conceptual que le confiera un más sólido discurso plástico y artístico.

*Información obtenida a través de http://www.seriouswheels.com/top-Vauxhall-Tigra-18i-Sport-Giles-Deacon.htm

11 noviembre 2005

Corto (pero rápido) Maltés. Hugo Pratt y la Fórmula 1

La incipiente sección "Pintura y automóvil" tiene una nueva e interesante imagen: el Ligier decorado en 1993 por Hugo Pratt para el Gran Premio de Japón de 1993.
La interesante intersección entre pintura-diseño y automóvil tiene algunas manifestaciones no sólo en clave de pintura y de nombres de grandes pintores (la colección BMW de Spartanburg, con Warhol, Calder, Stella...) También aparecen algunos ejemplos interesantes provenientes del comic, como el del inmortal Hugo Pratt, creador de "Corto Maltés", o más recientemente el Nissan Micra decorado por Jordi Labanda para el Salón de Barcelona de 2005.

El Ligier decorado por Pratt, y pilotado por Martin Brundle, llevaba publicidad de Gitanes-Blondes. Por ello, tomaba como motivo principal la bailarina gitanilla (logotipo por otra parte de antiguas resonancias, al aire de los carteles de la primera mitad del siglo XX), para hacer algunas variaciones con los colores de la marca, azul y blanco, y el del logotipo, negro. El resultado no es especialmente espectacular, pero desde luego merece ser incluido en la galería de coches transformados en soporte pictórico.

Desgraciadamente, no he conseguido localizar muchas imágenes del coche, y algunas de ellas son de las réplicas a escala que se realizaron para comercializar (y que por cierto son bastante cotizadas). De momento dejo estas dos como muestra.

27 octubre 2005

PostalFree del nuevo Renault Clío

En los expositores de PostalFree se encuentran a menudo pequeños tesorillos del diseño, o al menos curiosidades dignas de mención. Hace algunos años, se pudo ver un ejemplar desplegable con la quinta generación del VW Golf. La postal consistía en cinco postales en un desplegable, en cada una de las cuales se veian, desde el más antiguo al más nuevo, las cinco generaciones de Golf, representadas por cinco GTi's rojos.

En esta ocasión, la campaña del nuevo Renault Clio se promociona en los PostalFree mediante un interesante ejemplar con una imagen de aquellas que cambia al inclinarla, en las cuales se pueden ver la primera y última generación del Clío. Renault siempre ha mostrado un acertado gusto por las tipografías exóticas en sus campañas, y por un cierto aire retro o decididamente pop en más de una ocasión. Esta postal con el Clío, es una curiosidad por la que vale la pena que os fijéis en los expositores de PostalFree.

Próximamente dedicaré algo más de tiempo a la interesante campaña del nuevo Clío en Tv, y veremos algo sobre la primera campaña en prensa gráfica del primer Clio, allá por 1991. Hasta entonces, abrid bien los ojos.

25 octubre 2005

"60s cars" de Taschen

La editorial Taschen es esa editorial responsable de tal cantidad libros que la propia página web de la firma abruma y resulta inabarcable. Y cuyas ediciones se hacen especialmente populares a partir de inicios de Diciembre. Desde hace unos años, lanza al mercado pequeños libros con formato de tapa flexible con el título genérico "Pop Culture", en los que se recopilan antiguos ejemplos de diseño gráfico de toda índole, desde imágenes generadas por ordenador hasta repertorios de tatuajes. Dentro de esa colección, tiene especial peso la publicidad, con ejemplos como las obras llamadas "All American Ads" que recogen anuncios estadounidenses de diversos periodos de la historia del siglo XX.

Dentro de la colección "Pop Culture", hay una obra llamada "Vintage, cars of the 50s" en la que se recogen anuncios en prensa gráfica de automóviles de los años 50, principalmente coches de EEUU, pero también de marcas europeas. "Vintage, cars of the 50s", tiene también desde ahora una secuela con "Vintage, cars of the '60s". Solo con ver la portada del libro ya os podéis hacer a la idea de por qué lo traigo aqui. No solo interesante desde el punto de vista de la historia del automóvil, sino también de la historia de la sociedad.

En él se pueden ver algunas piezas que no tienen desperdicio, con eslóganes como Dígale a su mujer que es un coche familiar, o carteles con señora estupenda esperando en el asiento y el eslogan El mundo privado del Thunderbird. No sólo se puede rastrear cuanto (o qué poco) ha cambiado la sociedad desde estos anuncios a hoy, sino también cómo algunas campañas de coches de aspecto actual y moderno, en realidad no lo son tanto (interesantisima la campaña "Think small" de VW para el Beetle a principios de los '60).

Por curiosidad, hasta por diversión, un interesante librito.

22 octubre 2005

Advertencia al distraido lector sobre guias hacia otras bitácoras que en esta humilde lugar aparecen y se aprecian


(Saludo a navegantes despistados y a amigos misericordiosos.
-Si perteneces a los primeros, deseo que lo que veas te guste, y que te pueda resultar sugerente esta mirada atípica al mundo del automóvil desde el arte y el diseño.
-Si perteneces a los segundos, enróllate y deja un post fingiendo que eres un (o mejor una) estudiante de diseño de Helsinki y que este blog te resulta muy interesante.)

Las primeras semanas de este blog están resultando un crecimiento un tanto alborotado y sin una dirección aparentemente clara, que, sin embargo, responden a una idea clara del contenido que debe aparecer. Desgraciadamente Blogger no ofrece la posibilidad de establecer temas o categorías, lo cual resta un poco de organización a los textos (sobre todo cuando éstos sean más numerosos). Aunque he valorado la posibilidad de una mudanza, de momento permaneceremos aqui en Blogger a la espera de poder solucionar de alguna forma esta situación.

Sin embargo, la sección de enlaces, de ¿Dónde está el depósito...? va creciendo poco a poco. Hoy he añadido los enlaces directos a las web de algunos de los carroceros más importantes del siglo XX, y cuya influencia en el diseño en general ha sido mayor. Desde Giorgio Giugiaro, creador del primer VW Golf, y que cumple 55 años en el negocio, hasta Pininfarina, o el estudio heredero de Ferdinand Porsche. También he añadido el enlace a un curioso blog con una interesante recopilación de anuncios de coches estadounidenses de los años 60 y 70.

En el futuro incorporaré algunos nuevos enlaces a sitios en los que se pueda rastrear esta visión del automóvil como objeto de arte y diseño, desde Museos hasta estudios sobre el medio audiovisual.

Espero que os guste.

* Ilustración: Cartel de "Don Quixote" Obra teatral escrita por Michael Kenny.

20 octubre 2005

Nueva publicidad para un nuevo mundo

La publicidad es, en la actualidad, un indicador cultural y una manifestación artística de primer orden. Sólo hay que echar un vistazo a los anuncios que aparecían en la prensa de principios de los años 80 para darse cuenta de lo mucho que ha cambiado en nuestra sociedad. En ellas encontramos espléndidos anuncios que hoy serían totalmente censurados, campañas cuya candidez o crudeza las harían imposibles hoy en día, y sencillamente un lenguaje publicitario, gráfico y audiovisual que es un perfecto indicador de la cultura y la sociedad de aquel momento. Esta vista atrás nos permite también apreciar una evolución en las formas de la publicidad, no sólo deudora del cambio social, sino obrada también como metamorfósis interna.

Al hilo de las campañas de automóviles, tanto en prensa gráfica como en televisión, esta evolución interna del lenguaje publicitario es muy evidente. De tal manera, los "anuncios de coches" se han convertido en un auténtico
género dentro de la publicidad televisiva, y además ha producido en el público una retroalimentación que ha dado fenómenos curiosos y campañas que, en el camino de vuelta, eran capaces de burlarse de determinado tipo de publicidad de automóviles en televisión.

El cambio de lenguaje, según creo que se puede comprobar, se comenzó a producir a finales de los años 80 y principios de los 90, y vino potenciado por la aparición de una serie de avances técnicos de relevancia en el mercado de los automóviles particulares, y la necesidad de encontrar fórmulas nuevas para vender productos con una tradicional desventaja.

Durante los años 80, las claves que regían un anuncio para un coche en televisión y prensa gráfica eran sencillas contundentes: se ofrecía potencia, velocidad, superioridad sobre el resto de conductores, un estatus social que provenía del coche...Todo lo cual estaba expresado en un lenguaje esencialmente masculino, y con unas claves a tal efecto. Los mensajes eran directos y claros "Más rápido", "Mejor", "Destaque sobre los demás"...
Incluso entre la industria auxiliar del automóvil se encontraban curiosos y cristalinos ejemplos, como una campaña en prensa gráfica de un autorradio Blaupunkt cuyo eslogan era literalmente "Cuanto más corres más suena"

Como presupesto de partida, creo que hay tres factores que influyeron decisivamente en la nueva formulación de la publicidad de automóviles en televisión:

a) Un cambio en la estructura social, al hilo del fin de la guerra fría, en el que los referentes tradicionales que han sido operativos desde los años 60 comienzan a ser sustituidos por otros nuevos y diferentes. Los movimientos sociales y políticos van perdiendo su componente colectivo, y va ganando, al hilo de la formulación del capitalismo, una visión del mundo más individual cada vez. En este mismo sentido, surge en la primera mitad de los 90 una corriente interesada por una visión más espiritual e interior de la sociedad y del individuo, declarándose transmisora de cierta filosofía de raíz oriental.

b) En el campo estricto del sector del automóvil, hay un grupo automovilísico el grupo VAG o Volskwagen, que emprende una huida hacia adelante, tratando de desmarcar sus productos del resto de las marcas "generalistas" y acercándose a las dos principales marcas en cuanto a representación: Mercedes y BMW. El impulso principal se produce a través de la marca Audi, cuyos productos alcanzan una alta calidad comparativa con tales marcas, pero cuya imagen entre el público está aún lejos de ambas. En el caso de VW, la segunda y exitosa generación del Golf produce, de forma más o menos inesperada, un efecto prestigiador de la marca, que debe responder a esa imagen en todos los aspectos.

c) A finales de los años 80, precisamente en el seno del grupo VAG, se desarrolla una nueva tecnología para los motores de ciclo Diesel. Los diesel, tradicionalmente ligados al ahorro de combustible y la fiabilidad, también tenían otras características asociadas, como ruido, lentitud, suciedad, y falta de prestancia. Los nuevos motores Diesel, no sólo gastan poco, sino que alcanzan altos rendimientos con pequeñas cilindradas, y funcionan con un grado de finura nunca antes visto en este tipo de motores. Estos nuevos y sorprendentes motores se montan en berlinas de gama media e incluso alta, lo cual abre un nuevo reto para la publicidad: vender algo que sólo cinco años antes habría sido impensable, como una berlina de representación con motor Diesel y alto rendimiento en prestaciones.

La unión de los tres factores, y especialmente de las dos últimas, hacen confluir en las campañas de la marca Audi un interés por una publicidad renovada y que sea capaz de vender y ofrecer otros valores en un nuevo mundo, dándose a la vez una imagen personal y distinguible como señal de la marca.
En los próximos post iremos viendo cómo se va configurando esta nueva imagen a través de una serie de anuncios televisivos que van a ser la vanguardia de una nueva forma de hacer publicidad.

14 octubre 2005

Arte y Automóvil: escenarios para una relación no tan proscrita.

En los últimos años algunas exposiciones han resaltado el papel del automóvil en el arte del siglo XX. En 1998 el Museo Solomon Guggenheim de Nueva York acogía una atípica exposición, titulada "The art of the motorcycle", que mostraba la evolución de la motocicleta, primer transporte autónomo mecanizado de la humanidad (25 años anterior al automóvil y 36 años anterior al avión), en una instalación diseñada por Frank Gehry. En 2000, "Garaje. Imágenes del automóvil en la pintura española del siglo XX", organizada por la Fundación Carlos de Amberes y la Fundación Barreiros, repasaba la presencia del automóvil en el arte español del siglo XX, como icono inspirador, como personaje, y como objeto de referencia. El pasado verano, el Museo de Bellas Artes de Boston acogió una exposición titulada "Speed, Style and Beauty", en la que se mostraba la colección de coches del modisto Ralph Lauren.


Las relaciones trabadas entre este nuevo objeto símbolo del mundo moderno, y el ancestral arte de las Vtilitas, Firmitas et Venvstas han ido y continúan yendo más allá del mero papel icónico en la pintura o la escultura. Más allá del papel de representado y reinterpretado, los coches también han pasado por ser soportes pictóricos, como en el caso de la colección de BMW de coches pintados por artistas contemporáneos. Desde el BMW 2002 pintado por Calder en 1975 hasta el Ligier de Fórmula 1 decorado por Hugo Pratt (el dibujante del cómic "Corto Maltés") en 1993, o el más reciente ensayo del diseñador Romero Britto sobre el nuevo Volvo V50, hay una larga e interesante lista de ejemplos en los que, lejos de ser un personaje dentro de una obra, el automóvil se convierte en el propio soporte para la obra de arte, pasando a integrarla.

Los ensayos directos del automóvil como soporte artístico o como personaje artístico, sin embargo, no son los únicos caminos por los que se producen estos encuentros. El automóvil, desde muy temprano, se convirtió en un objeto de diseño en el que identificar la moda y la vanguardia. Y por tanto vinculado estrechamente a los signos y los cambios estéticos, cuando no rector de ellos. Indudablemente, un objeto capaz de aunar tantas tensiones de tipo social, simbólico, estético y representativo, pronto debía mostrar estas influencias en el exterior.

El caso de Ettore Bugatti es un buen ejemplo en un momento paradigmático de la historia y el desarrollo del automóvil como objeto de diseño. El padre de la hoy mítica marca (a punto de ser resucitada por el grupo Volskwagen) vivió en un ambiente estrechamente vinculado con el diseño. Su padre, Carlo Bugatti, fue diseñador de muebles a finales del siglo XIX y principios del XX. Muebles no precisamente atados a la tradición, sino enrolados en la búsqueda de nuevas estéticas, en el marco de los múltiples ensayos de una estética moderna para un mundo moderno. Tanto, que hoy en día una de sus sillas puede verse en el Museo D'Orsay. Y también otro de los hijos de Carlo, al que llamó nada menos que Rembrandt, se adentró en el mundo de la escultura en bronce, aunque su carrera no fue especialmente destacada y desde luego breve, ya que se suicidó aún joven. Sin duda no fue esta inclinación la que llevó a Ettore a hacerse piloto y luego constructor de coches, pero desde luego si que esto influyó en el cuidado y detalle con que se diseñaron los modelos de la marca. Entre los míticos modelos, exclusivos y destinados a un público realmente señalado, el espectacular Bugatti Royale es una auténtica trasposición de un carruaje real, lleno de lujo y cuidado hasta el más mínimo aspecto, pero con varios cientos de caballos y capaz de lanzarse a casi 200 km/h. Otro de los nombres imprescindibles en la historia de Bugatti sería el Atlantic, un coche del que se fabricaron unas pocas unidades, una de las cuales es propiedad de Ralph Lauren, precisamente.

La historia del automóvil siempre se ha debatido entre fuertes impulsos provenientes del diseño industrial, como los avances del siempre inquieto Ferdinand Porsche, y las líneas creativas, captadoras y creadoras de moda de los diseñadores y carroceros, como Pininfarina, Giugiaro, Zagato, Bertone, o más recientemente Walter de Silva.

Aún en la actualidad, el aspecto estético e icónico del automóvil penetra intencionadamente en el mundo del arte y el diseño. Desde el Micra decorado por Jordi Labanda para el Salón de Barcelona de 2005 hasta el Mini Cooper adaptado y diseñado por Donatella Versace. Desde el colorista Polo Harlequin, comercializado a principios de los años 90, hasta los altavoces Bang & Olufsen diseñados para la nueva serie del Audi A8.

Y por supuesto, las campañas de publicidad gráfica y audiovisual de los últimos casi 20 años, de las que iremos hablando próximamente.

Los caminos son varios, pero parece claro que Arte y Automóvil tienen una relación más que esporádica durante el siglo XX. A esa relación iremos prestando atención y dedicaremos algunos ensayos en lo sucesivo. Para así analizar los puntos de encuentro entre dos de los elementos más influyentes y polémicos de nuestro tiempo.

12 octubre 2005

Giugiaro y Gomaespuma


¿Cómo el anuncio del coche más bello de los últimos años, el Alfa 159, regado con una de las canciones más hermosas de las últimas décadas, “Roads”, de Portishead, y con una impecable realización, puede resultar anodino?
La unión de ingredientes de calidad en una creación audiovisual probablemente es una forma de apostar por lo seguro. Pero en ocasiones, por alguna razón que a veces resulta difícil de apreciar, no siempre resulta un éxito. Decía alguien que una buena canción es una buena letra, una buena música, unos buenos músicos, una buena voz, y un algo más, que nadie sabe lo que es, pero que es lo más importante. Bien conocéis mi debilidad por los coches y por las artes, y por la intersección de ambos, especialmente los anuncios de coches en televisión. Y es un hecho que siempre estoy dispuesto a emocionarme con los anuncios más elaborados, o realizados con mayor sensibilidad, sin ir más lejos la sublime campaña de Audi con el “Síndrome de Stendhal”. Pero resulta curioso cómo, en esta ocasión, de la unión de los ingredientes mejor seleccionados del género, resulta un spot anodino.
Probablemente lo he comentado con algunos de vosotros ya en alguna ocasión. Creo que, a partir del inicio de los años 90, y teniendo como referencia especial una serie de campañas de Audi, el concepto de spot publicitario del automóvil para televisión cambió radicalmente. De un estereotipo con spots muy simples, en los que se vendía velocidad, estatus social, éxito personal, incluso unas buenas dosis de masculinidad (aderezadas con profusión por la imagen de la mujer como objeto), se pasó a un concepto totalmente nuevo de spot, en el que primaban una serie de valores estéticos y comerciales, y un mensaje, que nada tenía que ver con lo anterior.
Desde aquel cambio de registro, los anuncios, y los de automóviles en particular, se han convertido en pequeñas películas, algunas con planteamiento-nudo-desenlace, o en piezas llenas de estilismo, a menudo poemas visuales, en los que incluso el propio mensaje es difícil de captar. La campaña cumbre del anuncio “poema visual”, es probablemente la celebrada (y criticada) “¿Te gusta conducir?” de BMW, tanto que, como consecuencia de aquella, incluso otros creativos configuraron spots que tenían como argumento mofarse de una cierta grandilocuencia de imágenes y mensajes en este tipo de campañas.
Pero lo cierto es que las campañas “poema” en el sector del automóvil han llegado para quedarse. La fórmula es clara: unión de una música bien seleccionada, o en ocasiones creada de propio para el spot, con las imágenes de un coche por determinados paisajes urbanos o naturales, apostando por aquellos planos que más coincidan con el carácter del coche (más cortos y dinámicos si se trata de un deportivo, más pausados y señoriales para las berlinas, más cortos para coches de diseño singular, más amplios para coches cuya virtud es la armonía...) Y el resultado es, como mínimo, homologable. Sin embargo, desde hace algún tiempo, con la honrosa excepción de la campaña ya citada de Audi, se observa un cierto agotamiento rutinario en los anuncios del automóvil, que ya se podía apreciar en la campaña del nuevo Passat, como ejemplo más evidente. La recreación en las bellas imágenes, con bella música (en aquella ocasión un corte de la banda sonora de “Deseando Amar”), parecen decir cada vez menos, y emocionar cada vez menos. Parecen parecerse más unos a otros anuncios, y estar cada vez más desprovistos de ese background que distingue a las grandes piezas.
El caso del anuncio del Alfa, en el que presuntamente se equipara al 159 con un ser vivo de una nueva especie, es significativo. Quizá estemos asistiendo a un agotamiento definitivo de la fórmula “anuncio poema visual”. O quizá solo sea la mala ejecución de una buena idea, o peor: la ejecución inefable de una idea inexistente. Unos planos de un automóvil por una carretera, bajo la mirada de una bella mujer, de un deportista, de un lobo escondido tras un árbol, mezclados con unas imágenes de órganos vitales aparentemente ocultos dentro del coche. Al ritmo de esa bella canción de Portishead que es “Roads”.
El último spot de Fiat, el del Stilo con las voces de Gomaespuma, quizá anuncia una nueva era, que este fallido spot del Alfa 159 corrobora. El declive de los “anuncios poema” y el inicio de la deconstrucción del spot de automóviles en TV. Veremos...

Catedrales rodantes para el siglo XXI

Los coches son las catedrales del siglo XXI.

Hoy en día el coche es mucho más que un medio de locomoción. Probablemente lo fue siempre, prácticamente desde el mismo momento de su nacimiento. Pero a principios del siglo XXI, apenas 110 años después de su nacimiento, se ha convertido en la referencia fundamental de nuestro tiempo. Ningún otro elemento material es un más claro símbolo de status social, acumula más que ningún otro producto una alta concentración de tecnología, lo cual lo convierte no sólo en un escaparate, sino en rector de tendencias; al tiempo es el elemento que rige el urbanismo de las ciudades, la unidad de medida que lo determina; y por último, quizá ningun otro objeto genera tal cantidad de creación, diseño y elaboración artística tanto en su diseño, como en su decoración, publicidad e incluso mejoramiento.

Esta identidad no casualmente ha sido reforzada recientemente por una auténtica delicia audiovisual, el último anuncio de Audi, que gira en torno al síndrome de Stendhal. En él, una serie de coches van apareciendo abandonados entre luces tenues y en mitad de ninguna parte, con las puertas abiertas, mientras una voz en off relata el mal sufrido por Stendhal en Florencia al percibir tan insoportable acumulación de belleza.

Sin entrar de momento en el análisis de las imágenes del spot, el contenido habla por sí mismo. En primer lugar la mención al Síndrome de Stendhal es, por sí misma, un auténtico hito en la publicidad. Tal referencia está directamente relacionada con el mundo de la literatura y el arte en el sentido más clásico y tradicional posible, y engranado en la corriente de sensibilidad extrema que, en la Europa de principios del siglo XIX, dio lugar al movimiento artístico y literario que se daría en llamar "Romanticismo". Mediante esta mención, se equipara a la iglesia de la Santa Croce, en Florencia, con el propio automóvil. El slogan final del spot aclara la identidad "A veces la perfección resulta difícil de soportar"

Un automóvil de lujo es hoy un elemento de tanto calado social, que queda en un completo segundo plano su carácter utilitario. Sin embargo nunca se ha olvidado por completo, desde la época de los Bugatti Royale, o los dorados años de Hispano Suiza, que un automóvil de lujo es también, en cierta manera, una obra de arte. O al menos de artesanía. En los catálogos de las marcas abundan las referencias a la artesanía, y aquello que, de una u otra manera vincula a la máquina (frío acero hecho por máquinas a su vez, y producto de diseño de ordenador...) con la mano del hombre. Tapicería de cuero hecha a mano, inserciones de madera de roble hechas a medida, diseño ergonómico pensado para cada usuario.

Por otra parte, dentro del mundo del automóvil cada vez se concede más importancia al acto del diseño, y al factor que aporta la creación individualizada del diseñador. A los viejos nombres míticos como Pininfarina, Giugaro o Bertone, se suma recientemente el nombre de Walter da Silva, como una referencia actual en la concepción de automóviles como objetos de diseño. Precisamente Walter da Silva, en el grupo Fiat dio lugar a diseños antológicos como el Alfa 147 y 156, y actualmente otras piezas para el grupo VAG como el Seat Ibiza. Eso incluso dejando de lado ese campo en el que el arte y el automóvil se cruzan irremediablemente, como en el caso de la colección de coches BMW pintada por artistas contemporáneos, como Warhol, Calder, Rauschenberg, Manrique o Stella.

El anuncio de Audi establece un puente público entre el arte más tradicional y el automóvil, en cuanto a creación intelectual. Pero también deja ver que existe otro hilo oculto, que tiene que ver con una faceta no evidente del mundo del arte: el factor simbólico de representación del poseedor y del constructor de la obra. La contemplación de un automóvil como objeto de diseño está todavía hoy totalmente interferida por el componente de status social que supone su posesión. De manera que el significante de poder está por encima de la cualidad artística o creativa. En ese sentido, el coche es un prefecto paralelo del simbolismo que las catedrales góticas tuvieron para los ciudadanos de su época y las posteriores (símbolo del poder hasta el punto de ser objeto de la ira de los revolucionarios franceses) trasladado a nuestro tiempo.

El carácter de los anuncios de Audi en TV, desde hace ya unos años, acerca más que nunca al automóvil a la obra de arte o de diseño, puesto que acerca en él la forma simbólica del status social a las características estéticas del bien y su creatividad en la realización. Concediéndole por tanto unas cualidades artísticas, y un valor simbólico en clave social. Y todo ello en el marco de una creación audiovisual, de la cual cabría analizar sus propias reglas y cualidades dentro del lenguaje de las imágenes. Como un holograma, en el que cada una de las pequeñas partes contiene la información completa del todo.

El síndrome de Audi

¿Puede la publicidad de un producto estar por encima del producto mismo?
Hace años que los creativos que trabajan para Audi han creado un género propio. Un género que incluso ha sido parodiado por otras empresas de publicidad para el automovil. Señal de que ha causado profunda impresión. Pese a que a los ojos de muchos (ojos vagos a menudo) los anuncios de coches son todos muy parecidos de un tiempo a esta parte, los anuncios hechos para Audi tienen siempre un valor añadido.

Hace algunos años un hombre se quedaba bloqueado a la puerta de un aeropuerto intentando recordar donde estaba el depósito de su A6 TDI. Desde entonces, algunas bellezas inconmensurables han adornado los bloques de publicidad con el sello de los cuatro aros siempre. La forma de los sueños cambia. ¿Y si las cosas soñaran con una vida mejor?...

La última entrega resulta dificil de analizar desde un punto de vista objetivo. La simple mención del Sindrome de Stehendal en un spot de televisión llega más lejos aún. En el (difuso) límite entre el arte y el automóvil. En el terreno en el que la belleza se hace universal, y la cultura cruza las fronteras de la rigidez mental.

Al verlo por primera vez, también yo sufrí el Sindrome de Stehendal.

11 octubre 2005

Presentación para un extraño blog

Desde el punto de vista de la significación social y del impacto sobre el mundo, probablemente los coches son el equivalente del siglo XX a las grandes catedrales góticas. Sustentadores del desarrollo económico, rectores del urbanismo de las ciudades, objeto de devoción de los ciudadanos, y a la vez tormento que les oprime.
Pero también son objetos estrechamente relacionados con el arte, con el diseño y con la creatividad. Desde los encendidos versos de Marinetti poniendo al automóvil por encima de la Victoria alada de Samotracia hasta los diseños de Romero Britto sobre el nuevo Volvo V50, el automóvil ha andado siempre a revueltas con el arte en el sentido más amplio del término.
Desde este blog, trataremos de resaltar y analizar esta relación Arte - Diseño - Automóvil - Sociedad, mediante artículos, reportajes y ensayos que den a conocer aspectos nuevos y transversales de esta apasionante relación que se desarrolla desde hace más de cien años.

P.D: Quizá algunos hayan reconocido ya la frase que da nombre al blog, extraida de un spot de Audi que, a principios de los años 90, iniciaba una época dorada en la publicidad televisiva del automóvil. En él, un hombre quedaba abstraido a la puerta de un aeropuerto sin poder recordar dónde estaba el depósito de su A6 TDI...¿Donde está el depósito...?