03 noviembre 2008

Coches de otro mundo. Los automóviles en la serie "The twilight zone"


Hemos visto en muchas ocasiones cómo los automóviles han aparecido en el cine con diferente carácter, desde un mero punto de inflexión en el guión (el Mustang descapotable de "Giro al infierno", por ejemplo) a papeles protagonistas estelares (el Challenger de "Vanishing Point" o el inefable Mustang de "Bullitt"). Sin embargo el cine ha traído también en ocasiones coches que han aparecido como auténticos actores, coches con "vida propia". Probablemente para muchos espectadores, el primero que vendrá a la cabeza es el VW Beetle de "Love Bug" (Herbie, y toda su saga), y más seguramente el Pontiac Firebird Trans-Am más famoso de la historia, "Kitt". Y si bien "Herbie", como actor de comedia, era un claro heredero de los cacharros caóticos de las películas mudas de Chaplin y Keaton, en el cine de Terror no había precedentes. Por eso quizá más interesantes, por lo que aportan a la imágen del automóvil en la codificación de los géneros cinematográficos, han sido el Plymouth Belvedere de "Christine" y su predecesor, el Lincoln Continental Mark III de "The Car", además del terrorífico Peterbilt de "Duel". Todos ellos, todos los coches "animados", tienen probablemente predecesores atípicos en los coches aparecidos en diferentes capítulos de una serie de culto dirigida por Rod Serling: "The Twilight Zone" (en España "La dimensión desconocida" o "En los límites de la realidad").

"The Twilight Zone" fue una serie pionera en la configuración del género fantásticoy de ciencia ficción tal y como lo conocemos hoy, y sobre todo en su popularización en el medio televisivo. Rod Serling, guionista de "El planeta de los simios", escribió y planteó muchos capítulos a partir de situaciones basadas en los relatos de ciencia ficción que vivían en los años '50 una gran eclosión. Llevó incluso algunos de los fabulosos cuentos de Ray Bradbury a la televisión, como el magnífico "Canto el cuerpo eléctrico", y presentó situaciones de terror psicológico y fantasía que, teniendo muy diversas fuentes, explican sin embargo mucho del cine fantástico producido con posterioridad. En los años '50, el automóvil era el símbolo del progreso por excelencia, y para aquel tiempo tenía también como inspiración las primeras naves espaciales. Por ello, en "Twilight Zone" los coches tienen su protagonismo, incluso aunque sean meros elementos del paisaje.

Sin embargo, hay especialmente dos relatos en los que los coches son protagonistas absolutos. Se trata de "The Whole Truth", emitido en la segunda temporada de la serie, en 1961, y "You Drive", emitido en la quinta temporada, en 1964.

The Whole Truth (1961)

Dirigido por James Sheldon (que dirigió también la adaptación de Bradbury mencionada más arriba, además de episodios en series como "Route 66", "Batman", "El virginiano", "Ironside", "La hora de Alfred Hitchcock", "Vacaciones en el mar" y... ¡ "Los Dukes de Hazzard" !) presenta una magnífica historia con un trasfondo de política y sociedad mundial, protagonizado por un Ford A. Un vendedor de coches usados (Jack Carson) de moral dudosa y pocos escrúpulos, recibe la venta de un coche, un vetusto Ford A, cuyo dueño le advierte de que el poseedor del mismo está obligado a decir la verdad. El vendedor, obsesionado con el negocio, no hace caso a la advertencia, pero pronto descubre que, desde que se quedó el coche, no puede mentir (argumento retomado en "Liar Liar", un bodrio con Jim Carrey), lo cual le hace perder clientes a toda velocidad. Una mañana, alguien se interesa por el coche, pero cuando el vendedor le cuenta la historia sobre "la verdad", el cliente se sonríe "No puedo aceptar eso, porque en mi trabajo tengo que mentir: soy político". Este político, con menos escrúpulos aún que Harvey Honnicut, le propone un trato al vendedor. Y poco después, debido a la conspiración del tiburón político, un cliente ruso viene a por ese anciano y simbólico Ford A: nada menos que ¡Nikita Kruschev!. El Ford A que obliga a decir la verdad, que el político americano, mentiroso, no puede aceptar, pero usa contra su rival soviético, es de una frescura y atrevimiento asombrosos... para nuestra época. En plena guerra fría, este argumento tiene un poder crítico tanto hacia la sociedad estadounidense como hacia el bloque comunista y probablemente un planteamiento de este tipo lo haría inviable en buena medida en las cadenas generalistas estadounidenses hoy en día.


"You drive" (1964)

"You Drive", escrito por Earl Hamner (autor también de algun episodio de "Los Invasores" y otros de... "Falcon Crest") y dirigido por John Brahm (algunos capítulos de "La Hora de Alfred Hitchcock" o "Bonanza") cuenta una historia inquietante e intemporal. Un vendedor, un hombre gris y apocado, atropella y mata accidentalmente a un repartidor de periódicos, y se da a la fuga. A partir de ese momento, su coche, un Ford Fairlane Club Sedan de cuatro puertas de 1956, comienza a dar señales extrañas: parece querer delatar a su dueño. El coche se pone en marcha, hace sonar el claxon y encenderse las luces, y no se apaga a la orden de las llaves. El Ford intenta asesinar a la esposa del vendedor, y sus señales terminan por desquiciar al protagonista y su mala conciencia. Una mañana cuando Oliver va a dar un paseo, el coche sale a perseguirle por la ciudad, y le atosiga hasta que, derrotado, acaba rindiéndose al automóvil, que le hace subir adentro para llevarle... a la comisaría de policía. El relato, al margen de su evidente moralina, tiene la interesante particularidad de adelantar el arquetipo del coche "animado", que tendrá un sucesor llevado al malvado lado opuesto en el relato de Stephen King "Christine", trasladado al cine por John Carpenter.

"The Twilight Zone", una serie de culto para los seguidores de la ciencia ficción, sirvió pues para codificar en términos populares algunos elementos y personajes claves en la ciencia ficción posterior, así como una determinada forma de contar las historias. El remake de los años '80, dirigido también por Serling, carecía en parte de la fuerza de algunos de estos relatos, y sobre todo del "factor sorpresa" de los ingenuos años '50. Pero en lo que toca a la incorporación del automóvil al género fantástico y de ciencia ficción, estos dos episodios presentan el arquetipo del automóvil "animado" que puede leer la mente de los humanos, o los coches que condicionan el comportamiento de estos de forma sobrenatural. No tardará mucho en aparecer el coche como "máquina para escapar" o "para no escapar" (con la gran consagración en "Duel") dentro de las películas de terror y suspense, para completar los roles principales del automóvil en estos géneros, pero algunos mimbres ya estaban en los a menudo angustiantes relatos de "The Twilight Zone".

Si has llegado hasta aquí, vale la pena que te atrevas con la última puerta hacia lo inquietante, la puerta hacia... The Twilight Zone

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