Desde las directrices marcadas por Sloan al mando de GM en el periodo de entreguerras, el automóvil está muy ligado a la moda y al concepto de "Tendencia". Desde cierto punto de vista, el automóvil "Es" la moda. Este directivo de GM optó en los años 30, por cambiar ligeramente los modelos de coche cada año, como lo hacía la moda en el vestir, para fomentar la renovación más rápida de los coches y aumentar las ventas. Y la técnica no sólo tuvo éxito, sino que se convirtió en tradición en el mercado americano. Pero incluso hoy en día, el "Sloanismo" sigue vigente. Los coches son, igual que en tiempos de Sloan, como los escaparates de C&A o de Zara: puedes cambiar de estilo radicalmente, y todos los estilos caben en la tendencia comercial más cotidiana en el "mainstream". En el pasado, cuando esta potencia estilística de la renovación y la "Tendencia" se encontró con el cine, surgió un producto cultural de enorme repercusión comercial: el coche del protagonista. Por ello, muchos coches han adquirido un valor añadido en lo estético y cultural que no tiene que ver solamente con lo técnico. Pero ¿Que pasa si nuestro protagonista es un típico "llanero solitario" del cine estadounidense, pero su coche es... un monovolumen? ¿Puede un monovolúmen convertirse en un artículo de moda y estandarte de tendencia? Un matón de la mafia nos lo va a explicar.

Get Shorty y Be Cool, son las adaptaciones de dos novelas homónimas escritas por el afamado Elmore Leonard (autor también, entre muchas otras, de Jackie Brown, llevada al cine por Tarantino). En ellas, un matón de la mafia muy aficionado al cine acaba entrando en el mundo de la producción de la mano de un director al que ha ido a cobrar, mientras que en la segunda la aventura de Palmer le llevará al mundo de la producción de discos. En las dos películas, el protagonista, Chili Palmer (John Travolta), no puede evitar recordarnos al Vincent Vega de Pulp Fiction, estrenada sólo un años antes que Get Shorty, sin embargo este matón, en vez de un yonqui, es un loco del cine que fascina al excéntrico mundo de Hollywood con el que entra en contacto. Se trata de una especie de pistolero, un matón a sueldo, pero que actúa con cierta "ética", un hombre de principios... el perfecto prototipo de héroe del cine, de pistolero moderno... pero con un toque distinto. En cierto modo, ese "toque distinto" no deja de ser una clave de parodia de este Nuevo Vaquero americano tan repetido en el cine.

Cuando, al principio de Get Shorty (Cómo conquistar Hollywood) Chili Palmer llega al aeropuerto de Los Angeles con el encargo de "recomendar" a un caótico director de cine que page sus deudas, cae una tremenda tromba de agua. El autobús del aeropuerto le deja junto al párking de coches de alquiler, y la cara de Chili se descompone al observar el coche que le han preparado "¿Que es esto?, dije que me trajesen un Cádillac" dice señalando a un afilado Oldsmobile Silhouette que le espera bajo la lluvia. El conductor del autobús, con prisa por marcharse, apostilla "Bueno, este es el Cádillac de las furgonetas..." Chili acciona el cierre centralizado de la Oldsmobile para meterse dentro rápidamente. Es el comienzo de una aventura que llevará a Palmer y su furgoneta a pasearse triunfalmente por el mundo del cine, recién llegados del de la mafia.

No muchas veces en la historia del cine, un personaje protagonista de las características de Chili Palmer, conduce algo que no sea un descapotable o un deportivo musculoso a la americana (preferiblemente un Ford Mustang) Precisamente el desarrollo de la industria automovilística y su lenguaje publicitario después de la Segunda Guerra Mundial construyó poco a poco la imágen moderna de la libertad a partir de la codificación del Nuevo Vaquero y su poderosa y personalísima montura mecánica. Los nuevos detectives, héroes y galanes del cine montaban imponente coches sin compromisos, potentes y de dos puertas, señalado su falta de ataduras... Desde Frank Bullitt hasta James Bond, pasando por El Santo, Kowalski, The Bandit o Maxwell Smart son ejemplos de esta unión de ideas... hasta Chili Palmer. Por este tono transgresor de la novela y la película, con su mordaz crítica al mundo de Hollywood, su coche no es un Mustang, ni un Ford Thunderbird ni un Cadillac Eldorado... el héroe subido en el monovolumen es un guiño de gran simbolismo en el propio lenguaje del cine.

En la secuela, Be Cool, como una autoreferencia, Palmer pide un Cadillac de alquiler y de nuevo le dan un monovolúmen, pero en esta ocasión es un Honda Insight... un híbrido. La vuelta de tuerca que F. Gary Gray dió al chiste del coche, fue el convertirlo en una marca japonesa y con motor híbrido. Justo lo contrario de los míticos y antediluvianos Cadillac de los dorados años 50 o de los poderosos "pony cars" quemapetróleo de finales de los 60 y los 70. El Honda Insight es la parodia definitiva del protagonista y su coche, y el plano aéreo en el que, al comienzo de Be Cool, vemos a Chili Palmer ascendiendo por la rampa de la mansión de Uma Thurman con la pequeña y extraña máquina nipona, resulta un chiste cinematográfico en si mismo. El triunfo de la industria extranjera, y concretamente japonesa (materializado en los últimos años en cifras inapelables) y el ocaso de los coches animados por el petróleo (que también se vislumbra en todo el mundo y en EEUU en especial)

La atracción que los actores y productores de Hollywood muestran por lo exótico del personaje de Chili Palmer se personifica en la primera de las películas en el flechazo entre Martin Weir (Danny DeVito) y la afilada y futurista Oldsmobile Silhouette. Weir, un actor consagrado con un garaje lleno de coches de lujo, (entre ellos un Viper que se ve en su jardín) siente que necesita encontrarse y distinguirse de su adinerado vecindario... qué mejor que un monovolúmen de moda, un coche tan bizarro para un fin tan excéntrico. El Oldsmobile Silhouette (en España vendido como Pontiac Trans Sport) fue un intento por parte de GM de renovar la estética de las furgonetas americanas en un momento en el que los coches de prestigio sólo eran berlinas. Alentados por el éxito del Renault Espace en Europa, el diseño del Silhouette, que recordaba a una máquina de tren de alta velocidad, no cuajó en Estados Unidos, donde fue reformada por un estilo más tradicional después de algunos años. La personal y radical línea de la Silhouette es un gancho más en la deconstrucción del "coche del héroe", especialmente con la definición, que le acompaña durante toda la película, de ser "El Cadillac de las furgonetas". Lo que quizá no imaginaban ni Chili Palmer, ni Barry Sonnenfeld ni Elmore Leonard es que poco tiempo después Cadillac pondría en el mercado el Escalade y el SRX dos vehículos a medio camino entre el 4x4 y el monovolumen que de 4x4... y que se harían popularísimos entre los actores y personajes famosos.

Las novelas de Elmore Leonard están siempre revestidas de una ácida y socarrona visión de la sociedad estadounidense, desde un fascinante mundo creado por el contacto entre personajes un tanto marginales y otros de clases más opulentas, sin descuidar a los caracteres más comunes de la sociedad americana. La parodia del coche de Chili Palmer en Get Shorty y Be Cool atraviesa muchos de los ejes que comunican a la automoción con el cine y la sociedad estadounidense a lo largo del siglo XX. El tiempo de los coches inmensos y sin compromisos pasó, los Cadillac de seis metros forman parte de la memoria, y las personas que eligen su camino optan por la versatilidad. Y al mismo tiempo ¿Que mueve al vanidoso mundo de Hollywood? Muchas veces poco más que el afán de llamar la atención, aunque para ello haya que dejar de lado el exceso y convertir en exótico lo cotidiano, como hace Martin Weir. Sin llegar a retratar Hollywood con la misma acidez que Robert Altman en El Juego de Hollywood, el triunfo de Palmer y "El Cadillac de las furgonetas" entre el papanatismo del Hollywood de "Get Shorty" es un magnífico contrarretrato del héroe americano y la meca de las estrellas en clave de humor.

* Muchas gracias una vez más a Marcelino, buen conocedor y defensor de estas dos adaptaciones, que me recordó la historia de Chili Palmer y "El Cadillac de las furgonetas"