17 noviembre 2009

Philip Johnson y la Catedral de la Ruta 66

La cultura del automóvil en el siglo pasado, y particularmente en Estados Unidos, es una fuente inagotable de datos para el estudio de la sociedad desde el punto de vista antropológico, político, económico y artístico, entre otros. Lo que quizá no es tan común esperar, es que también nos deje potentes rasgos acerca de las creencias y religiosas y la forma de experimentarlas que hemos tenido durante las últimas décadas, y no me refiero a los rosarios o estampitas de la virgen colgando del retrovisor interior. Ni tampoco al interesante pasaje de "El péndulo de foucault" en el que Umberto Eco hace un paralelismo entre un arbol sefirótico y la mecánica de un automóvil. Me refiero a una historia pintoresca que pone en contacto una vez más la cultura del automóvil con la arquitectura, esta vez de una manera inesperada.

En 1955, el reverendo Robert H. Schuller recorría la Ruta 66 junto con su esposa, pensando que había allí espacio y material para realizar su "ministerio" y poder extender la palabra de Dios. Al estilo de los predicadores americanos, trató de hacerse con un espacio en el que poder dar lugar sus sermones, llegando así a la comunidad de fieles o potenciales fieles que en el entorno se aglutinaban. Según su propia biografía relata de forma casi hagiográfica, tras haber constatado que los nueve primeros lugares que había seleccionado estaban ya ocupados o no disponibles, el reverendo consiguió asentarse en el décimo espacio al que se acercó. Y este espacio no era otra cosa que uno de los múltiples "Cine - En - Coche" del condado de Orange, concretamente el "Orange Drive In", en Garden Grove, California, apenas a 40 kilómetros de la mítica Ruta 66.

Aunque el "teatro - cine" llevaba abierto desde 1941, quizá el hecho de que Disneyland hubiese abierto en 1955 uno de sus parques en Anaheim, apenas a un par de millas de Garden Grove, pudo contribuir a que paulatinamente este, junto con el resto de los "Drive - in" del condado de Orange fuesen declinando. El hecho es que el reverendo Schuller comenzó a hacerse rápidamente con una importante parroquia con sus curiosos sermones. Encaramado al techo del bar del cine, mientras su esposa ponía música con un órgano electrónico, posiblemente Schuller fue uno de los primeros, si no el primero, en tener una iglesia para feligreses en coche, que, como es de imaginar conociendo el contexto social y religioso, rápidamente cobró auge hasta dejar las plazas del "Drive - In" pequeñas para la afluencia de personas a escuchar sus sermones de los domingos. La iglesia del "Orange Drive In" tiene incluso su pequeño milagro, ya que, según cuentan los hagiografos de la comunidad, una vez Schuller estaba decidido a trasladar la iglesia unas millas más allá y abandonar el "Drive in", una de sus feligresas le pidió que no dejase sus sermones para fieles en coche, ya que su marido, gravemente enfermo, no podía asistir de otro modo. Schuller siguió dando sus sermones desde el techo del "Snack Bar" a la explanada abarrotada de coches y, como en las leyendas medievales sobre la fundación de nuevas iglesias, el hombre enfermo sanó.

La historia de los sermones de Schuller es, de algnua manera, la historia de la evolución de este tipo de religiosidad en Estados Unidos, y la historia de Estados Unidos mismo. En la congregación de Garden Grove, siempre consideraron importante el papel de los feligreses que acudían a escuchar sus sermones desde los coches, así que Schuller, para finales de los años 60, consiguió contratar a uno de los arquitectos más prestigiosos del momento en Estados Unidos, Richard Neutra, para que dignificase el lugar donde se realizaban sus actos dominicales. Neutra, vienés de nacimiento y emigrado a Estados Unidos antes de la Segunda Guerra Mundial (caso curiosamente paralelo al de Victor Gruen, del que hablaré próximamente), creó un pequeño espacio en el que el predicador, eje esencial sobre el que gira esta comunidad, pudiese ser visto al tiempo por un auditorio convencional, sentado en sus butacas y a cubierto, y por el auditorio compuesto por las docenas de coches aparcados en la antigua explanada del "Drive - In - Theatre". El bloque tenía un importante muro de cristal, material no demasiado usado en la época en la zona por el peligro de terremotos que siempre acompaña a California, que conectaba tanto al auditorio cubierto como al descubierto.

Pero para Schuller esto no era más que un paso intermedio. En 1970, el reverendo comenzó a ampliar su popularidad a través de un programa que, para 1975 se emitía en 50 de los estados de la Unión, y que hizo que las donaciones y ambiciones de la comunidade de Garden Grove se disparasen. "Hour of Power" Un programa que pasa todavía hoy por ser uno de los más longevos y vistos de la historia, con audiencias recientes de hasta 20 millones de espectadores, y que aúna todo lo que se puede esperar de un programa americano que presenta un telepredicador (algo se puede ver aquí, con una entrevista nada menos que a Alonzo Mourning"). "Hour of Power" hizo que las ambiciones del telepredicador llegasen tan alto, que decidiese construír un edificio que se pudiese comparar con los más relevantes templos de la cristiandad (otra clásica ambición para algunos hombres a lo largo de la historia, por cierto). Y para eso se dirigió, de nuevo, a uno de los más prestigiosos arquitectos del momento, quizá uno de los más influyentes de la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos, Philip Johnson. Pero en esta ocasión, Schuller y Johnson decidieron que el edificio partiría de cero, dejando a un lado el antiguo "Snack Bar" convertido en santuario por Neutra, y proyectaron un pomposo y espectacular edificio pocos metros al norte del antiguo emplazamiento del "Drive In". Construído en 1980, la "Catedral de Cristal", es un edificio hecho a la medida de la desmesurada pasión religiosa de las comunidades americanas y su habilidad para financiar su fe. Un poderoso bloque hecho de cristales, para recordar, según cuentan, la sensación de los primeros sermones de Schuller a cielo abierto delante de una explanada repleta de coches, con un inmenso altar hecho con mármol traído de Alicante (literal). Como cualquier catedral, el edificio de Schuller está repleto de riquezas a la gloria de Dios, como recuerdan en su propia página web, y con la misma semántica que en muchos edificios a lo largo de la historia de la cristiandad, la modesta iglesia de Neutra (la segunda que construía en menos de cinco años), ha quedado como recuerdo al lado del nuevo y avasallante edificio.

Pero, ¿de que nos suena Philip Johnson?. Dejan Sudjic, director del Museo del Diseño de Londres, en su magnífico e imprescindible libro "La arquitectura del Poder", hace un fiel y duro retrato de Johnson. Un arquitecto con una importante inclinación a estar junto al poder, que en su juventud y madurez mantuvo simpatías por determinadas expresiones del Nacionalsocialismo alemán, y que en los últimos años de su carrera había adquirido el papel de gurú para una nueva generación de arquitectos que hoy nos suenan enormemente: Piano, Hadid, Foster, Nouvel, Rogers... Pues bien, Philip Johnson, también dejó una importante, aparatosa y pretenciosa obra en España que manifiesta su alto nivel de empatía con eso que Sudjic llamá "Arquitectura del poder". Es decir, hasta que punto Johnson hace de la arquitectura un auténtico estandarte de las intenciones. Johnson construyó en España las conocidas como "Torres Kio", el edificio Puerta de Europa, en la Plaza de Castilla de Madrid. Las torres inclinadas se convirtieron inmediatamente, hasta la reciente construcción de los rascacielos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, poco más allá, en una de las imágenes predilectas de Madrid en España y en el exterior. De manera que Johnson contribuyó, al igual que en la "Catedral de Cristal", a crear un edificio emblemático que sirva de referencia a una comunidad, aunque con fines muy diferentes.

La "Catedral de Cristal" pasa por horas bajas recientemente. La comunidad ha sufrido la crisis económica con dureza y "Hour of Power" ha perdido tanta audiencia que podría dejar de emitirse. Las Torres Kio, en cambio, parecen mantenerse, a pesar de su eternamente amenazante inclinación. Lo que quizá no saben en Garden Grove, es que en la misma arquitectura de Philip Johnson, se atisba una importante lucha, la lucha más importante de todas, la lucha eterna entre el bien y el mal.

Porque por si bien la "Catedral de Cristal" está construída en honor a Dios, a través de su ministro Schuller, aqui sabemos que las Torres Puerta de Europa, por mucho que las llamemos Torres Kio, o Torre Caja Madrid, son en realidad un monumento consagrado al Diablo. Como nos contó Alex de la Iglesia, son el signo de la Bestia

Alex de la Iglesia, "El dia de la Bestia", 1995

* Foto 1: Edificio de Richard Neutra que sustituía al antiguo "Orange Drive In"

** Foto 2: Orange Drive In preparado para uno de los sermones de Schuller

*** Foto 3: Catedral de Cristal en la actualidad

**** Foto 4: Fotograma de "El Día de la Bestia" con el edificio Puerta de Europa

> La "Catedral de Cristal" en Google Earth

1 comentario:

Marcelo dijo...

"Schuller siguió dando sus sermones desde el techo del "Snack Bar"..."

Extraño que no haya guión cinematográfico para una historia con tantos detalles alucinantes